Encontrando aceptación

El deseo de una chica por encajar la guió justo a la persona correcta…..

Un fariseo  llamado Simón invitó a Jesús a comer en su casa. Jesús aceptó y se sentó a la mesa.

Una mujer de mala fama que vivía en aquel pueblo supo que Jesús estaba comiendo en casa de Simón. Tomó un frasco de perfume muy fino, y fue a ver a Jesús.

La mujer entró y se arrodilló a sus pies, y tanto lloraba que sus lágrimas caían sobre los pies de Jesús. Después le secó los pies con sus propios cabellos, se los besó y les puso el perfume que llevaba.

Al ver esto, Simón pensó: “Si de veras este hombre fuera profeta, sabría que lo está tocando una mujer de mala fama”.

Jesús dijo: “Simón, tengo algo que decirte”. “Te escucho, maestro”, dijo él. Jesús le puso este ejemplo: “Dos personas le debían dinero a un señor. Una le debía quinientas monedas de plata, y la otra solo cincuenta. Como ninguna tenía con que pagar, el señor les perdonó a las dos lo que le debían. ¿Qué opinas tú? ¿Cuál de las dos estará más agradecida con este señor?

Simón contestó: “La que debía más”.

“Muy bien!, dijo Jesús.

Luego Jesús miró a la mujer y le dijo a Simón: “¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, tú no me diste agua para lavarme los pies. Ella, en cambio, me los ha lavado con sus lágrimas y los ha secado con sus cabellos.

Tú no me pusiste aceite sobre la cabeza. Ella, en cambio, desde que llegué a tu casa no ha dejado de besarme los pies. Tú no me pusiste aceite sobre la cabeza.

Ella, en cambio, me ha perfumado los pies. Me ama mucho porque sabe que sus muchos pecados ya están perdonados. En cambio, al que se le perdonan pocos pecados, ama poco”.

Después Jesús le dijo a la mujer: “Tus pecados están perdonados”.

Los otros invitados comenzaron a preguntarse: “¿Cómo se atreve éste a perdonar pecados? Pero Jesús le dijo a la mujer: “Tú confías en mi y por eso te has salvado. Vete tranquila”.

Jesús aceptó a esta mujer, y quiere hacer lo mismo contigo. No importa qué situación estés enfrentando, donde has estado o que piensan los demás de ti. Si estás preparado para seguirle, Él te salvará.